Resumen de la conferencia

Antropología de la tecnociencia o como estudiar la investigación tal como se hace

Antonio Arellano Hernández

 

El estudio antropológico del conocimiento y de los artefactos son temas fundadores y persistentes de la antropología. Durkheim aporta una teoría del conocimiento colectivo y de las formas simbólicas en su obra Les formes élémentaires de la vie religieuse. De conformidad con esta teoría, “las representaciones colectivas pueden constituirse en objetos materiales, figuras, movimientos, palabras, etc.” (Durkheim 1912). Si para los etnólogos del conocimiento el precursor evidente es Durkheim, para los etnólogos de técnicas, el precursor indiscutible es Marcel Mauss. Mauss ha proporcionado la idea de que la técnica tiene “una naturaleza general y humana”; es decir, que ella es “el signo cierto de la humanidad” (Mauss 1927). Así mismo, él ha indicado que las cosas concretas y  materiales son hechos sociales; con esto, Mauss ha invertido la regla metodológica de Durkheim según la cual “hay que considerar los hechos sociales como cosas” (Mauss 1947).

A pesar de que el conocimiento y las técnicas han sido temas antropológicos fundadores, las investigaciones sobre la ciencia y la técnica contemporáneas son temas de estudios recientes. Las tres etnografías casi simultáneas llevadas a cabo a fines de los años 70 del siglo pasado en laboratorios de California marcaron el surgimiento de esta disciplina (1).  Después de estos estudios seminales, se ha formado un grupo de antropólogos consagrados a institucionalizar los estudios sobre la ciencia y la técnica bajo la denominación de Antropología de la Ciencia y la Técnica (Hess y Layne, 1992).

La institucionalización de los estudios antropológicos de la ciencia y la técnica contemporáneas es el resultado del proceso de transformación interna de la disciplina (Lepenies, 1981: 257) y de los recientes progresos de los estudios de los sociólogos de la ciencia agrupados en el movimiento del giro antropológico, que nació epistemológicamente de  la crítica contra la pretensión programática del programa fuerte de la sociología de la ciencia, el cual intentaba convertirse en el referente ineludible de los estudios microsociológicos de las ciencias (González y Sánchez, 1988). Este movimiento comprende tres enfoques principales: 1) El enfoque constructivista, promovido por Barnes (1980, 1982), niega la posibilidad de construir teorías generales y de causa-efecto sobre la conexión entre los factores sociales y cognitivos, proponiendo en su lugar el estudio de casos concretos, como la manera de abordar empíricamente la intervención de los factores sociales en el conocimiento. Para Barnes, el único supuesto de inicio es que el conocimiento está guiado por los intereses sociales, y el análisis de los casos concretos es el que puede identificar cada situación. 2) El enfoque relativista, conducido por Collins (1983) y Pinch (1985), intenta conocer cómo un hecho científico es fabricado y cuales son las influencias sociales que participan en ese proceso. Ambos autores consideran que las controversias científicas de las ciencias duras son el mejor campo de observación de la producción científica; en ese sentido, no conceden importancia a los estudios etnográficos de las prácticas de laboratorio. 3) El enfoque de la etnografía de laboratorios, propuesto por Woolgar (1991), Latour (Latour y Woolgar, 1979) y Knorr Cetina (1983a, 1983b, 1981), se interesa en mostrar la naturaleza social de los hechos científico-técnicos partiendo de estudios sobre la actividad científica in situ (en laboratorios y centros de investigación).

En México se han venido realizando estudios enmarcados en la antropología de la ciencia desde inicios de los años 90 (Arellano, 1995). En estos trabajos se ha contribuido al conjunto de la antropología de la ciencia y de la técnica, mostrando mediante estudios de caso la construcción simultanea de cosas y hombres, frente al determinismo convencional; dar cuenta del proceso de la investigación en lugar de privilegiar el efecto social de los conocimientos y artefactos; considerar que la innovación es un continuum reversible en lugar de fases infranqueables; la inseparabilidad de la ciencia y la técnica y; epistemológicamente evidenciando que la ciencia y la técnica es una acción social, negociada y contingente en vez de ser considerada como una actividad individual, realista y universalista (Arellano, 1998).
En este trabajo se dará cuenta del surgimiento de los estudios antropológicos sobre la tecnociencia, algunos de los resultados obtenidos en México y se señalarán lo que a nuestro juicio representan algunos desafíos actuales. 


1. Las etnografías fundadoras de la antropología de la ciencia y la técnica contemporáneas son las de: 1. Michael Lynch. 1985. Art and artifact in laboratory science: A study of shop work and shop talk in a research laboratory. London-Boston-Melbourne and Henley. Routledge & Keagan Paul. (Editado
por Harold Garfinkel). 2. Bruno Latour y Steve Woolgar. 1979. Laboratory life. The Social Construction of Scientific Facts. London and Beverly Hills. Sage. 3. Karin Knorr Cetina, 1981. Manufacture of Knowlede: An Essay on the Constructivist and Contextual Nature of Science. Oxford. Pergamon Press.

 

 

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